El espectro de la violencia que se ha desatado por la presencia y las pugnas entre grupos del crimen organizado, principalmente en las últimas dos décadas, se ha expandido geográficamente a lo largo del territorio nacional, al mismo tiempo que los grupos del crimen organizado han diversificado sus fuentes de ingreso, incluido el tráfico de seres humanos, lo que ha complejizado las problemáticas inherentes a grupos de por sí vulnerables. Esta situación ha tenido sus oleadas de intensidad en la frontera norte, particularmente en las ciudades fronterizas; y en la frontera sur, algunos estados como Chiapas, en los últimos cuatro años han visto agudizarse la violencia exponencialmente. Si en 1994 se caracterizó la misma por manifestar una confrontación bélica entre el estado y el EZLN, está mutó a convertirse en una violencia de grupos paramilitares que se afiliaron a cárteles que han hegemonizado el control territorial de prácticamente toda la geografía estatal, relegando al EZLN a una situación marginal a la defensiva. En el resto del sur, Campeche y Quintana Roo, también se manifiesta una agudización inédita de la violencia correlacionada con el crecimiento económico que impulsa el megaproyecto del Tren Maya y la expansión hacia la Riviera Maya sur del modelo turístico de Cancún, lo cual constituye un imán del mercado de drogas y trata de personas.
Consideramos en este simposio aglutinar estudios de caso de contextos urbanos y rurales de ambas fronteras nacionales, basados en experiencias de primera mano, recopiladas por métodos etnográficos y técnicas cualitativas que se analizarán a la luz de teorías antropológicas y sociológicas que nos permitan aportar recomendaciones de índole práctico para la atención de víctimas, la modificación de las condiciones que propician el reclutamiento de la población por el crimen organizado y la paulatina, pero firme, implantación de la paz en el territorio nacional.