Se trata de reflexionar sobre los alcances y limitaciones del uso de herramientas etnográficas en la investigación sobre los procesos de creación artística. Se toma como base de la reflexión la propia experiencia de las personas investigadoras que participan en este simposio. Se interrogan en particular los esfuerzos por etnografíar el trabajo artístico que se realiza en situaciones de violencia, así como aquel en el que se evocan, se narran, exhiben o representan las violencias imperantes en nuestros días. En estas condiciones la práctica etnográfica impone retos metodológicos, epistemológicos y éticos a los que cada quien hace frente bien que mal, pero no han sido ni explicitados, ni discutidos suficientemente.

Es cierto que contamos con valiosas contribuciones para pensar los vínculos entre etnografía y arte, así como el interés creciente, en las ultimas décadas, por las etnografías creativas, por el uso de los procedimientos del arte para lograr una buena etnografía y por el arte como método etnográfico. Sin embargo, sigue siendo poco lo que se ha dicho sobre cómo concretamente se procede para etnografíar los procesos de creación artística. Por ejemplo, cómo se logra acceder al campo, puesto que el trabajo artístico suele realizarse en espacios que no son visibles a las personas externas ¿Mediante qué tipo de diálogos y negociaciones se logra entrar y permanecer, sea por un corto o largo plazo, en dichos espacios? Habiendo logrado “estar ahí” qué posición se adopta (del lado del público o del artista), qué tipo de observación se ejerce para dar cuenta de cada una de las etapas de modos específicos de creación. Qué implicaciones tiene en términos epistemológicos colocarse realmente en el lugar del artista, al grado de ponerse a practicar el trabajo artístico que se intenta etnografíar. ¿Cómo evitar que las convicciones, compromisos y activismos limiten los alcances de la investigación, influyan en el análisis y las interpretaciones? ¿Qué tipo de estrategias moviliza el etnógrafo, la etnógrafa para dar cuenta de cómo se va dando forma a una obra (“pinturas en las paredes” sobre el movimiento autonómico de Cherán;, performance del viacrucis del migrante en el Salvador, artes plásticas huicholas, exposición murhurukua, transformación en la Pastorela de Comachuén, para mencionar tan sólo unos ejemplos), hasta que esa obra se da a conocer, cómo es la experiencia sensible de los artistas en cada uno de sus movimientos, gestos, repeticiones, ensayos. Si como señaló Michael Jackson “el arte no es un elemento inerte de representación, sino una fuerza dinámica que puede transformar la vida”, cabe preguntarse cuales serían los métodos etnográficos idóneos para captar esa dinámica, los matices y la magnitud de esa transformación y los aspectos de la vida que el arte transforma.