El interés antropológico por el tiempo y la temporalidad ha acompañado al desarrollo de la disciplina desde sus orígenes. Seguramente no podría haber sido de otro modo. La preocupación humana por el tiempo ha sido una constante en la historia del pensamiento. Las preguntas por el origen y por el destino individual y colectivo han acompañado nuestra existencia desde que aquello que denominamos cultura nos distingue como especie. En torno a esas preguntas se han edificado creencias, religiones, filosofías e incluso ciencias. Las múltiples formas de responder a esas preguntas, así como las maneras en que aquellas se vinculan con la existencia en el presente, constituyen parte fundante de la diversidad de modos de ser y estar humano en el mundo que nuestra disciplina eligió como su objeto de estudio.
La antropología del tiempo, reconoce lo temporal como dimensión constitutiva de la vida sociocultural, presente en todos los aspectos de la experiencia humana. En su diversidad de enfoques y objetos empíricos, las antropologías del tiempo contemporáneas se desarrollan en dos líneas diferentes pero concurrentes, posibles de identificar en la diada de temporalismo temático y temporalismo sustantivo (Martins, 1992; Ramos; 1992). La primera, la del temporalismo temático, es aquella que se preocupa de estudiar desde la etnografía al tiempo como evidencia de la diversidad cultural, expresado en ritmos, variaciones socio-estacionales, sistemas de cómputo y otras formas de organización temporal de la vida social; así como en el registro y el estudio de las múltiples formas de nombrar el tiempo y su plasmación en formas narrativas históricas o mitológicas que, parafraseando a Ricœur, humanizan y culturalizan al tiempo. La segunda, cercana al temporalismo sustantivo, es aquella que discute las matrices temporales desde las cuales se ha construido el conocimiento antropológico, en específico los modos en que las teorías y metodologías antropológicas han supuesto una cronopolítica que ha resultado en una forma de construcción y representación del “Otro” como habitando otro tiempo, profundizando con ello el primitivismo y el exotismo que caracterizó el interés de Occidente por el resto de la humanidad, desde la que se ha justificado formas de relación profundamente desigual entre sociedades y culturas. En esta línea encontramos también a aquellos abordajes que buscan dotar a la antropología de una epistemología particular del tiempo a fin de re-pensar y explicitar los modelos, los supuestos y las nociones que orientan las descripciones, el análisis o las clasificaciones temporales y los diversos encuadres sociales del tiempo a las que arriban los estudios antropológicos.
En este simposio, dividido en dos mesas temáticas, nos planteamos discutir abordajes a la temporalidad, reconociendo ambas líneas de desarrollo de las antropologías del tiempo contemporáneas, con el fin de posicionar desde México discusiones relevantes en este subcampo disciplinario.