Según el informe anual 2022 del sitio web Pornhub, México fue el sexto consumidor global de pornografía, con un promedio de 8.49 minutos por visita; los mexicanos usuarios de esta página son 48% mujeres y 52% hombres, mayoritariamente jóvenes (Pornhub, 2022). Un informe específico para México realizado en 2014, a solicitud de El Universal, ubicaba a nuestro país como el 8º lugar en visitas diarias con 7.36 páginas vistas en promedio y 9.10 minutos de visualización promedio por visita (Pornhub, 2014); por lo que de 2014 a 2022 ascendió dos lugares en la escala global de consumidores.
El consumo de pornografía está relacionado con la necesidad de encontrar intimidad más allá del acto sexual, con el apremio de sentir que lo que se observa es real, asequible y cercano; con la fantasía de que puede estar ocurriendo en la casa del lado o que sus protagonistas pueden vivir en misma ciudad que los consumidores, ser sus vecinos o compañeros de aula como es el caso de nuestra informante.
Alumna de la Universidad Autónoma del Estado de México con 19 años, “La inge”, como ella misma se denomina, hace contenido explicito que vende por internet a través de plataformas como Instagram, Facebook y Twitter, desde donde se publicita; así como
Telegram, desde donde interactúa con los seguidores que se suscriben a su canal, que al momento de la entrevista llega a 250.
Con mil 963 seguidores en Twitter y 2 mil 300 en instagram “La inge” dista mucho de ser una influenciadora de la talla de otras creadoras de contenido mexicanas que acaparan los reflectores mediáticos y que cuentan a sus seguidores por millones; sin embargo, su historia, experiencias y vida son dignas de ser consignadas para comprender quién vive, siente y sueña detrás de una de las industrias más lucrativas del planeta, la del entretenimiento para adultos y cómo es que la internet y las redes sociales se vuelven, cada vez con mayor fuerza, el mercado hacia el que se encaminan las nuevas generaciones.