En los últimos cuatro años, ha ocurrido el escalamiento en los niveles de violencia y conflicto en la región de Los Altos de Chiapas, una espacialidad predominantemente rural e indígena donde se aprecia la emergencia de actores del crimen organizado que han afectado los procesos de organización social que desde el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, han procurado la construcción de su autonomía. Las preguntas que guían esta propuesta son ¿cómo se aprecian los diferenciales de poder en las comunidades indígenas y qué elementos arrojan para la interpretación de un fenómeno complejo? Lo cual se plantea tomando los casos de los eventos de violencia ocurridos en los municipios de Pantelhó, Chenalhó, Chalchihuitán, Aldama, San Juan Chamula y San Cristóbal de Las Casas en los últimos tiempos, con base en una metodología cualitativa que ha permitido retomar las narrativas de la violencia en la zona, y hacer una reconstrucción de los diferenciales de poder basados en Scott y Elias (2015) atendiendo a los elementos de la vida cotidiana que han sufrido transformaciones a partir del desplazamiento forzado de población en las localidades referidas.