Ponencia

Vínculos entre violencia social, condiciones laborales y salud mental: Implicaciones y desafíos.

Parte del Simposio:

Salud mental colectiva en tiempos de violencia

Ponentes

Rosa Elena Zapata Sandoval

Investigadora asociada al proyecto Niñeces, adolescencias y violencia crónica, Iteso, Universidad Jesuita de Guadalajara.

En la presente ponencia exploraré las articulaciones entre violencia social, condiciones laborales y salud mental. Para ello propongo las siguientes cuestiones: ¿Cuáles y cómo son las condiciones laborales de las juventudes en México según los panoramas estadísticos? ¿Cuáles son las implicaciones de la violencia social con relación a las condiciones de precariedad laboral? ¿Qué repercusiones tiene la violencia social y las condiciones laborales en la salud mental colectiva?
La violencia social en el contexto mexicano se ha presentado como concatenada y continua entre diferentes tipos de violencia. Se han visibilizado las formas de violencia generadas por el crimen organizado, la violencia de género, la violencia comunitaria, escolar y política. Todas estas formas de violencia se comprenden como estructurales, sistemáticas y colectivas. A estas violencias, que se agudizan y se concatenan, podemos añadir las condiciones de precariedad laboral en las que vive la mayor parte de la población del país. La propuesta sugiere analizar las condiciones de flexibilización, informalidad y desregulación laboral como formas en las que también se expresa la violencia social con una vulneración de los derechos laborales.
El espacio biográfico y la salud mental, entendida en términos no sólo individuales sino también colectivos, son dimensiones en las que se expresan las condiciones de normalización de la violencia y la precariedad laboral. Problemáticas como ansiedad, depresión, disociación, fatiga crónica, el estrés laboral y post traumático, entre otros, han desbordado los dispositivos clínicos individuales y alcanzado una dimensión pública.
El objetivo de la ponencia es articular las tres dimensiones y proponer una interpretación política y colectiva. Como una forma de resistencia a los discursos que, por un lado, individualizan la responsabilidad de la violencia y las condiciones de trabajo, y, por otro, mercantilizan la salud mental como un paliativo que puede ser comprado y vendido.