El pensamiento feminista que empezó a gestarse desde antes del llamado feminismo
de la segunda ola, ha participado de la cada vez más evidente transición del
paradigma científico basado en las dicotomías, a la propuesta de una interpretación de
la condición de las mujeres fundamentado en el análisis interseccional, mismo que
reconoce la diferencia y la diversidad subjetivas. El nexo de la antropología con estas
perspectivas críticas desde el feminismo, propició que las antropólogas hayan sido
quienes, en un inicio, aportaran significativamente a la creación y desarrollo de la
teoría de género, en la que la sexualidad y el cuerpo cobraron centralidad. Aun así, es
evidente que la aceptación por parte de la comunidad antropológica respecto de las
perspectivas de género y feministas ha sido lenta y con reticencias, por su carácter
patriarcal, entre otras razones.
De ahí que en esta ponencia me interesa argumentar en relación a la
importancia de la transverzalización de los temas relacionados con el género, lo
corporal, y la sexualidad, con la finalidad de que no solo se integren en los programas
de estudio de la Antropología como asignaturas, seminarios e incluso programas de
posgrado específicos, sino que se asimilen como parte de la currícula.
Por otro lado y en vínculo con lo anterior, considero importante discutir sobre
la “crisis disciplinaria” que se presenta no solo en la antropología sino en todas las
disciplinas que no reconocen que las sociedades actuales requieren de nuevos
enfoques que permitan otras interpretaciones y contesten preguntas nuevas, en este
sentido, lo que se encuentra en crisis es, desde mi punto de vista, el paradigma
occidental basado en la simplicidad de las dicotomías y la fragmentación disciplinaria,
por lo que abordo la necesaria relación entre disciplina, interdisciplina y
transdisciplina, que no su desconexión y exclusión entre sí, en el proceso