La juventud en México ha sido intervenida por la modernidad desde mediados del siglo XIX. La función dejada a los jóvenes en los procesos de industrialización fue el de estudiante para las funciones especializadas de la industria, y la de obrero para los trabajos poco calificados. En la actualidad el gobierno ha promovido esta lógica en la articulación de dos programas sociales: “Jóvenes Escribiendo el Futuro y Jóvenes Construyendo el futuro”.
En este trabajo propongo analizar la inserción a la vida adulta de jóvenes choles y tzeltales del norte del estado de Chiapas, en una región marginada desde la caída de los precios del café en los 80s. cuyas tensiones llevaron a la beligerancia armada en 1994 y, cuya respuesta estatal fuera la implementación de programas sociales y la formación de contrainsurgencia. En la actualidad, estos programas se aplican desde la Universidad Intercultural de Chiapas con sede en el municipio de Yajalón y en diversos comercios de la cabecera municipal, que permiten a los jóvenes continuar estudiando o trabajar.
Mi intención es mostrar que los programas sociales dirigidos a la juventud en contextos de alta marginación, crean plataformas de control de la vida cotidiana que son aprovechadas por diversos actores de la estructura social para dirigir los procesos de inserción a la vida adulta.