La ponencia versa en analizar cómo los nahuas construyen su corporeidad, esta realidad deja al descubierto que la concepción del cuerpo físico, biológico y palpable no es suficiente para abordar la concepción local sobre la estructura y/o construcción del cuerpo. En su defecto, la teoría nativa muestra que las personas poseen entidades anímicas las cuales son parte fundamental y, a la vez, complementos de su cuerpo físico.
Dicha perspectiva se torna más compleja cuando los nahuas asumen que una entidad anímica llamada monemilla es en realidad su doble espiritual y/o alter ego, el cual se manifiesta a través de animales, vegetales y elementos cósmicos. Es decir, el doble espiritual de un hombre, mujer o niño nahua puede ser un animal del monte, un animal del río o un astro del manto estelar.
En efecto, tal entidad anímica es de suma importancia, pues está nacerá junto con su compañero humano y morirá con él. Por consiguiente, la monemilla figura como el componente espiritual que logra relacionarse con los seres y/o dueños (de la tierra, del agua, del maíz, del monte etc.) que habitan en entornos ecológicos.
Tal realidad devela la posibilidad de abordar bajo el método etnográfico la teoría local sobre la corporeidad y la relación con el entorno ecológico, es importante asumir que dicha postulación se analizará a través de la cosmovisión y el sistema de moralidad nahua.