En Ixtololoya (Pantepec, Puebla), una pareja de bädi ha entablado a través de los años conversaciones con el Patrón, el “dueño del mundo”, que han sido fuente de aprendizaje sobre la vida. La interlocución con el Patrón, ya sea por medio de los sueños como del trance, representa una de las tareas primordiales de los especialistas rituales otomíes. Los sueños constituyen un ámbito privilegiado de comunicación con las potencias sagradas, y los bädi están facultados para recibir sus mensajes. De manera reiterativa, en estos tiempos, se asoman las ideas que evocan posibles cataclismos que someterán a la humanidad entera a duras pruebas. El enfado del Patrón o Presidente y de los Dueños, que personifican los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego, por transgredir el principio básico de la reciprocidad, del dar para recibir mediante la celebración de “el costumbre”, coloca a sus principales interlocutores ante la necesidad de difundir su palabra, de fungir como trasmisores de sus advertencias y premoniciones, en el cumplimiento de un compromiso que les corresponde practicar por su investidura como especialistas de los sueños y el trance.