En el pensamiento latinoamericano el “sufrimiento ambiental”, término elaborado por Débora Swistun y Javier Auyero, ha buscado expresar los procesos de sumisión ante un contexto de contaminación y toxicidad patente que sobrepasa a la población afectada, no solo por la desinformación y la incertidumbre para resolver la situación sino como resultado de la desatención e invisibilzación que opera en forma crónica.
El presente trabajo recupera la experiencia de investigación y docencia en las zonas áridas de San Luis Potosí que, durante casi dos años desde julio de 2021, surgió a partir del acercamiento a una situación de contaminación ambiental por el depósito inadvertido de residuos industriales de gallinaza en las inmediaciones de distintas comunidades en el municipio de Catorce. Se describe aquí, como una aportación al marco de la salud socioambiental, lo que denominamos “registros encarnados de toxicidad” porque es desde el cuerpo donde se expresaron las primeras señales de malestar. Principalmente, se retoman las voces de las mujeres toda vez que fueron ellas las primeras en alertar y generar los ejercicios iniciales de búsqueda y exigencia para lograr el retiro del pestilente almacenamiento al aire libre. La insoportable situación y las afectaciones derivadas condujeron distintos esfuerzos de movilización y presión social que culminaron con la suspensión del depósito de excretas a principios del año 2022.
Más que describir el caso de sufrimiento ambiental, que se desarrolla en textos previamente elaborados por la autora y otros documentados por la prensa, este trabajo se orienta a analizar la sobrecarga de cuidado que representa la conformación de un territorio malsano marcado por la toxicidad. Para realizar un análisis sobre la producción social del cuidado el objetivo es esclarecer ¿quién cuida? ¿de qué manera cuida? y ¿para qué?
Metodológicamente se recurre a descripciones de tipo etnográfico, donde se llegaron a realizar observaciones participantes en las que se involucran alumnos de la universidad a través de proyectos de investigación y servicio social, además de la revisión hemerográfica y la aplicación de entrevistas a mujeres en las comunidades aledañas al tiradero.
En escenarios de injusticia ambiental, las demandas de cuidado individual y colectivo sobrepasan los ejercicios cotidianos necesarios para el sostenimiento de la vida. Dada una división estructurada socialmente sobre los cuidados es factible suponer una sobrecarga desproporcionada que recae sobre las mujeres en el ámbito doméstico. No obstante, se propone aquí que el despliegue de disposiciones y prácticas colectivas en torno al cuidado de la vida tiene una capacidad de incidencia a través de la visibilización de horizontes alternativos para la superación de circunstancias crónicas de sufrimiento ambiental.