En 1929 B. Malinowski escribió en su prólogo al libro La vida sexual de los salvajes: “Para los primitivos isleños de los mares del sur, como para nosotros, la sexualidad no es una simple cuestión fisiológica, sino algo que implica amor y conquista amorosa, algo que llega a constituir la base de instituciones tan venerables como el matrimonio y la familia; algo que lleva inspiración al arte y es la fuente de sus magias y encantamientos”. Con estas palabras situaba en la investigación antropológica el interés por la sexualidad. Por supuesto, nuestro interés y los conceptos teóricos con los que construimos nuestro objeto de estudio en la actualidad han variado notablemente, y al mismo tiempo hemos ido complejizando su estudio en diálogo con otras disciplinas.
Jack Halberstam en su libro “Criaturas salvajes propone considerar la sexualidad moderna como una fuerza discursiva que corre en varias direcciones a la vez -hacia la consolidación del yo dentro del periodo moderno, lejos de los rituales y prohibiciones de las creencias religiosas y hacia formas indeterminadas de corporalidad-.”
Este giro respecto a cómo pensar la sexualidad plantea retos teóricos y metodológicos que deben ser reflexionados y debatidos en el marco de nuestra disciplina, que permitan un abordaje con el que sea posible investigar en contextos sociales variados. Sin embargo, es un hecho que los programas académicos de licenciatura en México y en América Latina han omitido el tema como si no fuera, y nunca hubiera sido de interés para nuestra disciplina, a pesar de que en muchos países de la región se hace investigación en este tema.
Lo que intentaré en esta ponencia será problematizar esa ausencia y proponer una posible inserción en planes y programas de estudio de nuestra disciplina.