En la fiesta de Hikuri Neixa (Danza de Peyote), los integrantes de los grupos de jicareros wixárika aparecen transformados en una gran quimera: siendo personas iniciadas y personificadores de los diferentes ancestros, los jicareros forman una gran serpiente de cascabel. De esta manera, aparece la primera lluvia que viene del Oriente y lava el mundo. La serpiente se compone, al mismo tiempo, de venados que brincan y pelean con sus cuernos. En la danza se produce, además, una quimera acústica. Las sandalias y carriceras hacen sonar la lluvia mientras los jicareros imitan los brincos de diferentes animales. También analizaremos la actitud de las personas que no han participado como jicareros. No los tratan a los iniciados con mucho respeto, ni mucho menos como autoridades. Los obligan a renunciar a sus identidades adquiridas y volver a ser comuneros normales. De cierta manera, los wixárika son una sociedad contra el Estado que ni tolera la autoridad de sus propios dioses.