A partir de una revisión panorámica de dispositivos escénicos creados por grupos artísticos mexicanos, se analiza la manera en que esos dispositivos apelan a aquello que, con Schechner, llamamos conducta restaurada. La iterabilidad de maneras de accionar convocan vivencias olvidadas y memoria corporal, así como a referencias que se explicitan cuando en nuestra cotidianidad estamos conscientes del aquí y el ahora. El espacio en que se han desarrollado acontecimientos que quizá no conocimos, que es probable que hayamos rodeado cientos de veces sin percatarnos, se convierte en un espacio performático cuando funciona como marco. La asistencia a eventos artísticos en espacios extraartísticos, acondicionados como un dispositivo que dispara resonancias hacia todos nuestros sentidos perceptuales, transforman el evento mismo en interacción con espectadoras/es. Un nuevo acontecimiento es creado, aquél favorecido por la performatividad. La ponencia se divide en tres momentos. Primeramente, se describen ejemplos de la producción artística de colectivos como Teatro para el fin del mundo y Lagartijas tiradas al sol. En un segundo momento, se explica la forma en que se echan a andar los dispositivos para crear performatividad, haciendo uso de recursos como la citacionalidad, la iteración y el extrañamiento. En un tercer momento, se plantea un cuestionamiento que usa la ponencia como punto de partida para reflexionar acerca de la función que tienen lenguajes distintos al hablado o el escrito, en ámbitos académicos como este congreso.