Desde las diferencias que se han creado entre quiénes entran a estudiar ciencias sociales, ciencias básicas e ingenierías, así como las ciencias de la salud, los roles de género asignados a cada área han definido ciertas tendencias en las profesiones y muchos obstáculos especialmente para las mujeres, aunque estamos en momentos de grandes cambios, el “ser mujer” en la antropología social tiene también aspectos que aún no son igualitarios. Sin embargo, también existen aún encuentros y desencuentros que han permitido tener un diálogo constante. De igual manera la reflexividad sobre lo que implica ser mujer, desde los espacios de formación, o de profesionalización, el trabajo de campo o en la propia difusión de la práctica antropológica han sido muy fértiles para abordar ciertos problemas.
Por ello, en esta ponencia se busca reflexionar a través de la experiencia propia y el conocimiento situado dentro del trabajo de campo y desde el ejercicio de la profesión en los espacios académicos, lo que ha implicado ser mujer joven ante diversos aspectos estructurales tales como la falta de espacios de trabajo, la poca demanda del sector de las ciencias sociales en las instituciones del país, así como, las desigualdades laborales en el sector educativo.
De igual manera, se busca reconocer herramientas que pueden ser de utilidad para la práctica antropológica para futuras generaciones de mujeres que busquen, ya sea, ubicarse en la academia o en otros espacios en los cuáles puedan desenvolverse profesionalmente.