Este trabajo busca proponer un conjunto de claves analíticas que expliquen cómo en las últimas décadas, los procesos de patrimonialización de los centros históricos han devenido en la tematización de estos espacios, convirtiéndose en meras escenografías que promueven la mercantilización de la cultura y la acumulación de capital mediante las actividades turísticas. En el caso de la ciudad de Oaxaca, se han producido procesos de valorización material y simbólica del espacio que han ocasionado desplazamiento de población residente así como de usuarios y visitantes. El encarecimiento del suelo, servicios y mercancías en una “ciudad colonial-turística”, fomenta la intensificación de procesos de segregación socioespacial así como de violencia y exclusión simbólica, toda vez que en el marco de las relaciones espaciales reguladas por el mercado turístico, el mayor poder adquisitivo de visitantes y nuevos residentes, excluye del acceso a la vivienda, así como del acceso a los nuevos comercios asociados a la gentrificación, al grueso de la población local, la cual percibe bajos salarios. Se considera así, que la producción del espacio en los centros históricos es dominada por la lógica de la acumulación de capital, lo cual amplia e intensifica diversas manifestaciones de la violencia estructural y simbólica propia del sistema capitalista.