Este trabajo busca mostrar la racialización de la que es objeto la niñez indígena una vez que migra a las ciudades. Se presenta una investigación de campo, realizada entre los años 2017- 2019 en el estado de Querétaro, México. Los niños indígenas que viven en las urbes son receptores directos de discriminación racial, la cual en nuestra investigación la identifican al saberse discriminados por su color de piel, su pertenencia étnica y por su condición de pobreza. Esta situación afectará no sólo su autoestima, sino que el rechazo social con el que viven en las ciudades, traerá consecuencias estructurales que implicarán un aislamiento por parte de esta población, que no podrán integrarse de manera plena a la cotidianidad de la ciudad que habitan sintiéndose señalados y ciudadanos de segunda. Lo que dará como resultado un menoscabo de sus derechos sociales al no sentirse merecedores de todas las garantías que como ciudadanos pudieran tener en la ciudad.