En esta ponencia analizo las huellas materiales y sociales que ha dejado la fuerza destructiva del capitalismo global, encarnado en la producción de infraestructura moderna en la ribera nororiental del Lago de Texcoco, en el Valle de México; una región donde todavía a finales del siglo XX las familias campesinas aprovechaban algunas especies lacustres para el sostenimiento de su vida cotidiana y la mayoría de las tierras ejidales aún estaban destinadas a la producción agrícola.
Este análisis parte de una investigación etnográfica realizada entre los años 2018-2022, complementada con investigación documental y de archivo. El planteamiento central es que la infraestructura siempre está en proceso de convertirse en escombros. Una vez iniciados, los procesos que construyen la infraestructura son difíciles de revertir, producen sus propios efectos que trastocan y destruyen procesos ecológicos y sociales; subjetivos y materiales. Así, el trabajo de creación de infraestructura coexiste con el de destrucción, (Gupta 2018 y 2015). La destrucción y sus escombros no son, como se suelen concebir, posteriores a su abandono o a su cancelación, todo el ciclo de vida de la infraestructura está dominado por ciclos inexorables de corrosión, obsolescencia, abandono, destrucción y ruina (Howe, et al. 2015).
La infraestructura que se analiza para dar pie a este planteamiento es la de un aeropuerto que se intentó construir sobre el lecho del lago de Texcoco durante los años 2014-2018,