Por mucho tiempo se consideró al bastón de mando tan solo como un elemento folclórico, sin embargo, los estudios recientes respecto a tal elemento, vistos desde nuevas perspectivas, permiten tener una mirada distinta que nos deja asomarnos, más de cerca, a la postura que tienen los propios indígenas sobre tal instrumento. En ese sentido, los pueblos originarios proyectan creencias, cosmovisiones, religiosidad e historias en la insignia de mando, ejemplo de ello son los tsotsiles y tseltales de los Altos de Chiapas en comunidades de San Juan Chamula, San Cristóbal de las Casas, Tenejapa o Santa María Magdalena. Los pueblos de estos lugares consideran que la vara de mando, como a veces también la nombran, da ciertas facultades a quien la ostenta, entre las cuales se puedenmencionar las políticas, religiosas, jurídicas o administrativas. Dentro de estos rubros, que convergen de manera paralela, también está la jurisdicción de resolver controversias, diferendos y, particularmente, actos de violencia de distinta magnitud, pues se pueden tratar de situaciones de conflictos de carácter familiar -como golpes maritales o alcoholismo-; intracomunitario al tratarse de dinámicas de ganar el puesto de autoridad dentro del pueblo; o bien el que se da como interacción entre las autoridades tradicionales y oficiales frente a las estatales o federales articuladas en estructuras partidarias para conseguir el poder y ganar las posiciones políticas oficiales y con ello alcanzar, no sólo el control del grupo, sino también para canalizar los recursos económicos municipales, estatales o federales.
La propuesta de la ponencia es mostrar, entonces, la jurisdicción que da el bastón de mando, a quien lo ostenta para solventar casos de violencia.