Ponencia

La dimensión emocional del racismo y la escritura académica experimental

Parte del Simposio:

Ficción, creatividad y escritura etnográfica experimental

Ponentes

Mónica Moreno Figueroa

University of Cambridge

La investigación académica sobre el racismo en México ha enfrentado diversos retos, que van desde sustentar la existencia del racismo, aportar experiencias y datos numéricos que confirmen tal afirmación, hasta presentar marcos teóricos para profundizar en su análisis. La investigación sobre el racismo, al igual que el fenómeno social del racismo, también han enfrentado múltiples niveles de resistencia, sobre todo porque el mestizaje, formación racial predominante en México, alimenta su negación. Uno de los retos es continuar explorando la ‘calidad’ del racismo, es decir, lo que implica y ‘hace’ el racismo en la vida cotidiana, lo cual a su vez sirve como estrategia tanto antirracista como metodológica. Otro reto importante es conectar la calidad de la experiencia del racismo con su dimensión emocional, es decir, comprender qué y cómo sienten quienes soportan sus efectos y quienes se benefician ambiguamente de su propagación. La idea aquí es que la dimensión emocional de la opresión permite una perspectiva matizada e intrincada de los retos y oportunidades que plantea el racismo en este contexto. Escribir sobre las dimensiones emocionales del racismo y las opresiones interseccionales más amplias, no es tarea fácil en las ciencias sociales. Incluso cuando se utilizan técnicas convencionales de escritura etnográfica, a menudo se sacrifican algunas facetas de las experiencias de las personas y las complejidades de la vida social debido al imperativo académico de proporcionar una interpretación explícita, mantener una argumentación analítica lineal o asumir la capacidad de comprensión, compromiso y validación de la audiencia. Esto es especialmente cierto cuando se cuestiona la premisa de la existencia del racismo. En esta ponencia, me baso en más de veinte años de investigación sobre el racismo en México para explorar cómo dos estrategias clave de la escritura creativa nos permiten hacer frente a estos retos de manera que se puedan validar las conclusiones y hallazgos de la investigación al tiempo que se ofrecen otras formas alternativas para comunicar las experiencias mismas. Una: al adoptar la directriz de “mostrar y no contar”, tanto la escritora como el lector entablan una forma diferente de diálogo en la que se deja espacio para que les lectores establezcan conexiones y hagan inferencias de lo implícito. Este enfoque también permite a la escritora y a la investigadora interactuar con sus sujetos de forma más sutil, permitiendo que coexistan contradicciones y complementariedades. Dos: al aludir a elementos afectivos y materiales de la vida de las personas que no se han explorado a fondo debido a la temática de la investigación, podemos proporcionar un contexto vivo que trascienda ser un mero telón de fondo de las vidas y experiencias de las personas, sino un terreno controvertido, dinámico y rico de relaciones sociales.