En esta ponencia se exponen los primeros acercamientos teóricos-metodológicos sobre la condición genérica d ellos hombres, desde la teoría feminista. Esto es el resultado de las lecturas, discusiones y reflexiones escritas sobre la organización sociocultural patriarcal que constituye la condición genérica de los hombres, y que desarrollamos en el Seminario Interinstitucional La condición genérica de los hombres: miradas críticas desde el feminismo, y en el participamos académicos adscritos a distintas universidades del país. En este espacio de discusión académica, nos hemos propuesto hacer una revisión crítica sobre los planteamientos epistemológicos del conocimiento androcéntrico que ha instituido como certero y válido el paradigma HOMBRE, en tanto explicativo y representativo del conjunto de actos y hechos que definen toda forma de vida humana. En este sentido, y en el marco del eje temático de las epistemologías antropológicas, considero importante compartir una serie de planteamientos acerca de la elaboración de la condición genérica de los hombres, desde una perspectiva de la antropología feminista.
En esta ponencia se exponen los primeros acercamientos teóricos-metodológicos sobre la condición genérica de los hombres, desde la teoría feminista. En este sentido, parto de los siguientes considerandos: a) La antropología, como disciplina del estudio de la condición humana, así como de la organización social en la que mujeres y hombres viven sus mundos interrelacionados, en diversidad y desigualdad, ha contribuido a la concepción androcentrista que postula al HOMBRE como la episteme de lo humano que conceptualiza el proceder complejo de la humanidad, y le da razón a su ser y existir. b) El androcentrismo, en su origen etimológico, sostiene que el andros, equivalente al sexo masculino, está contenida de cualidades viriles que lo sitúan como un ser pleno en el mundo. Esto comprende la constitución, en su pluralidad, de seres con vasta sapienza que les permite integrarse en colectividades de iguales, los cuales se abrogan el derecho de representar a todo lo humano, o sea, así mismos, a las mujeres y todos los seres vivos que integran la flora y la fauna del planeta. c) Desde esta base conceptual antropológica, los hombres construyen los contenidos del deber, desear y poder ser hombres que le dan sentido, contenido, objetividad, subjetividad, identidad, representatividad y simbolismo, a un conjunto de mandatos y atributos de género masculinos que, de forma individual y colectiva, aceptada y rechazada cumplen a lo largo de sus vidas, integrando fratrias que conforman el grupo juramentado y en el que sellan los pactos patriarcales. Por ello, el grupo juramentado es el espacio político masculino al que, por condición de género, proceso cultural, social e histórico los hombres se integran, adscriben y generan un sentido de pertenencia. Es el lugar de conformación del aprendizaje del deber ser y existir de los hombres, lo cual se realiza en la mediación con las estructuras de la organización de la sociedad, sus prácticas culturales y el conjunto de instituciones políticas, públicas, civiles y privadas que son puestas a disposición de éstos para la efectividad del troquelado de la unidad de los iguales.