Cuando las autoridades y los medios informativos caracterizan una catástrofe como un “desastre natural”, de inmediato se piensa que se trata de algo inevitable, que los seres humanos no tuvimos nada que ver en lo ocurrido, que no hay responsables. Para poder contradecir tal interpretación, a la que se recurre comúnmente en circunstancias de crisis, hay que prestar atención a la evidencia, comparar los fenómenos observados con otros conocidos por experiencia propia o gracias a la literatura especializada, y tener una disposición para pensar por cuenta propia y con un sentido crítico. Esta ponencia refiere a la inundación de la ciudad de Tula ocurrida el 6 de septiembre de 2021 en las primeras horas de la noche. Se describe sintéticamente lo que se supo de lo ocurrido, pero también sobre el contexto más amplio. Lo ocurrido se divulga como múltiples narrativas acompañadas de imágenes fijas y videos, las cuales evolucionan con el paso de los días y semanas, pero el contexto geográfico e histórico es importante para situar una tragedia. Para interpretar lo ocurrido, hay que saber y señalar que está se asienta a las orillas del río Tula, que no solo drena las aguas pluviales. También conduce las aguas que desfogan los túneles emisores (del Drenaje profundo), construidos para desalojar las aguas de todo el valle de México. La semana anterior, había llovido copiosamente en el centro de México, y se puede suponer que el río conducía tanto aguas pluviales como aguas de drenaje. Se examinará el significado de una interpretación de lo “natural” y su correspondencia con datos visibles en los medios. Se problematizará sobre la manipulación de la información en torno a un acontecimiento y sobre cómo asumir la responsabilidad ciudadana y profesional, habiendo arribado a una interpretación crítica y disidente de los acontecimientos.