Desde un enfoque de salud mental colectiva, en esta ponencia analizo la articulación entre la violencia sexual y las autolesiones como manifestaciones del dolor resultante de vivir y crecer en territorios dominados por la depredación y control sobre el cuerpo de las niñas y adolescentes.
Se presentan los resultados de una investigación-acción participativa con niñas y adolescentes que residían de forma temporal en un centro de asistencia social privado localizado en la periferia de Guadalajara. La presentación se basa en el conocimiento proporcionado por estas chicas sobre sus propias experiencias de aflicción y sus prácticas lesivas como formas de resistencia.
Se exponen a las instancias clínicas como dispositivos que privatizan las experiencias adversas en infancia, organizándolas como conductas patologizantes.
El trabajo busca desplazar la atención de las (auto) lesiones como meros dispositivos individualizantes del dolor hacia la consideración de estas como estrategias enunciativas de las niñeces subalternas y elementos discursivos que contienen, catalizan, cicatrizan, textualizan, texturizan y hacen tangible el sufrimiento experimentado por las niñas y adolescentes en estos contextos.