A través de la investigación etnográfica realizada en la comunidad de Cherán K’eri, es posible reflexionar sobre las tensiones, implicaciones metodológicas, epistemológicas y éticas implícitas en el proceso de creación de murales que ha acompañado al movimiento autonómico de esa población indígena en Michoacán, desde su inicio en 2011.
“Por la justicia, la seguridad y la reconstitución del territorio” fueron los ejes políticos con que los cheranenses determinaron poner fin a las violencias que vivían por la devastación de sus bosques y abusos de poder del crimen organizado, el gobierno mexicano y los partidos políticos imperantes. Los muros forman parte de ese territorio y la etnografía de este fenómeno artístico-político permitió comprender mejor uno de los movimientos sociales de mayor relevancia en la historia reciente de México.
Para ello, se optó por los planteamientos de las Epistemologías del Sur (Santos, 2009) como enfoque teórico-político desde el cual se analizaron los datos obtenidos durante los primeros diez años del movimiento político vivo actualmente. La Teoría de los Medios de Memoria (Erll, 2008) posibilitó identificar metodológicamente las etapas de la producción, recepción y materialidad de ese proceso: prácticas, discursos y tensiones entre las intenciones de las/los autores para crear murales, la percepción de quienes han convivido diariamente con las piezas, sus contenidos y el proceso de envío-recepción de mensajes.
El trabajo en campo permitió visibilizar que en las prácticas de creación artística se ejercen distintas formas de violencia entre grupos distintos: las narrativas sobre la sofisticación artística, la profesionalización del arte, el acceso a los muros y materiales, la jerarquización y selección de autores para intervenir el espacio público, la mercantilización y apropiación del movimiento autonómico son percibidos como ejercicio de poder sobre quienes no tienen -ni necesitan- formación artística para cuestionar, interpretar, expresar, conservar o eliminar contenidos plasmados en muros de Cherán.
Las tensiones entre quienes se consideran artistas y quienes no, dan cuenta de intenciones, vínculos, relevancia y pertenencia entre las personas y las piezas. Definir la postura ética de
la investigadora fue crucial para el planteamiento transparente de la metodología, análisis, alcances y resultados epistemológicos del trabajo.
Adicionalmente, durante el confinamiento por Covid-19 surgieron retos en el desarrollo de esta investigación. Fue necesario recurrir a la inventiva para modificar la estructura planteada originalmente, adoptar posturas éticas y políticas en la generación de herramientas creativas para realizar el trabajo de campo, ajustar los tiempos y privilegiar la salud y el acompañamiento sensible ante los procesos individuales de incertidumbre y duelo de los interlocutores por encima de cualquier obtención de datos.
Los hallazgos de ésta y otras experiencias pueden enriquecer la forma de realizar etnografía. Dar cuenta de ello permitirá acercar las discusiones académicas a procesos situados más humanos, honestos, comprometidos y abiertos a la generación de conocimiento. Este trabajo pretende ser un aporte para continuar la reflexión y la reflexividad al etnografiar las implicaciones de las prácticas de creación artística en los contextos donde surgen.