La migración de mexicanos hacia Estados Unidos ha sido definida por Mariana Ariza y Alejandro Portes (2007:11) como el flujo migratorio más importante para los mexicanos, ya que según los autores cerca del 10% de la población mexicana reside en Estados Unidos, cifras que coinciden con las estimaciones de Juan Poblete (2021: 63), quien señala que de los 12 millones de mexicanos que viven fuera del país, el 98% se encuentran en territorio estadounidense. Así mismo, el autor afirma que la diáspora mexicana se constituye como la segunda diáspora global más importante en Estados Unidos, mientras que los datos dados a conocer por la American Community Survey de 2021 indican que alrededor del 10% de la población estadounidense se reconoce como migrantes mexicanos o como personas de ascendencia mexicana -es decir, migrantes de segunda o tercera generación-.
La consolidación de comunidades migrantes mexicanas en Estados Unidos ha generado diversas modificaciones en las estructuras familiares, una de ellas ha sido la transformación del rol de las mujeres en el desempeño de las labores que les han sido asignadas en función de su lugar como madres. La presente ponencia se desprende de una investigación doctoral que busca analizar las formas en las que madres mexicanas ejercen su maternidad en Estados Unidos tomando en cuenta sus biografías y sus trayectorias migratorias como elementos constitutivos de dicho ejercicio. El ejercicio de la maternidad comprende el desempeño de las labores de crianza, cuidado y socialización de niñas y niños, en la construcción de escenarios transnacionales estas actividades son concebidas como practicas transnacionales, es decir, como prácticas que conjugan en el mismo campo social las prácticas culturales de las sociedades de origen y de asentamiento.