Las exigencias en el uso y abuso del agua del proceso modernizador, implementado en México durante el siglo XX, trajeron como consecuencia alteraciones en el ciclo de la lluvia y las dinámicas del vital líquido. Los efectos que producen son diversos, aunque la tendencia es la disminución de los recursos hídricos suficientes para satisfacer las necesidades de las sociedades humanas y no humanas. En 2021 una sequía afectó a gran parte del Estado de Oaxaca, dejando a la región de la Cañada con 80% de menos precipitación, lo que afectó a sus habitantes porque muchos de ellos basan o apoyan su sustento en actividades relacionadas con el uso directo de sus recursos naturales. Hoy en día el acceso al agua constituye un desafío para las poblaciones rurales, tal es el caso del municipio de estudio, Teotitlán de Flores Magón, ubicado en la región Cañada. Teotitlán se caracteriza por tener diversos nichos ecológicos y climas (aunque predomina el semiseco), además de presentar una rica diversidad biológica y cultural, ya que convergen mestizos, indígenas y afrodescendientes. El objetivo del estudio es indagar sobre la percepción de los habitantes sobre los cambios en la presencia o ausencias de los cuerpos de agua, y las estrategias que implementan para acceder y abastecerse del vital líquido. Se parte de la premisa que, dada la diversidad biocultural de la región, se retoman estrategias históricas que se transforman y adaptan a las actuales condiciones climáticas, políticas, económicas, sociales y culturales establecidas por el modelo neoliberal.