A partir de la década de los 80 del siglo XX, se instaló y consolidó gradualmente el régimen alimentario corporativo en México (Mc Michel, 2015) que implicó el desmantelamiento de la producción agrícola nacional, a través del retiro estatal en la inversión productiva del sector, la cancelación de las políticas proteccionistas del precio, la apertura comercial (TLCAN) y la reforma al artículo 27 que impulsó los mercados de tierras de propiedad social. Los efectos estructurales de estos cambios devinieron en el debilitamiento de las economías campesinas hasta el punto de la desagrarización (Carton, 2009) y con ello, consolidaron la dependencia alimentaria del país (Rubio, 2014). Pese a estas tendencias, en algunas regiones de México persistieron las agriculturas de pequeña escala porque resultaron claves para la sobrevivencia de las familias. En este panorama, en 2018 el gobierno progresista denominado “La Cuarta Transformación”, implementó a nivel nacional el programa gubernamental Producción para el Bienestar (PpB), con miras a alcanzar la suficiencia alimentaria de las familias en el campo mediante la puesta en marcha de técnicas agroecológicas y la distribución de subsidios. De ahí que el objetivo de la presente ponencia sea explicar a través de una etnografía, la lógica local de producción campesina de los zapotecos del municipio San Miguel Talea de Castro, Oaxaca, para comprender cómo han adaptado el programa PpB a sus marcos socioculturales de sustento y porqué esta política les es insuficiente. Las conclusiones destacan que la mayoría de los beneficiarios no incorporan técnicas agroecológicas en la producción de granos básicos, aunque se muestran interesados en la producción agroecológica de café porque mejora sus ingresos.