En está ponencia reflexiono sobre un proyecto que desarrollé con la artista visual mexicana Magali Lara y los aprendizajes que pude retomar de la experiencia para repensar elementos textuales de la etnografía. El proyecto es un diálogo entre dos tipos de ensayo — uno de dibujos elaborado por Magali Lara y otro escrito por mi persona. El dialogo entre ensayos emerge durante la pandemia y aborda elementos que saturan muchas de las sensaciones y lenguajes que ésta suscitó. Sin embargo, no es sobre la pandemia, sino acerca de las interrogantes que se imprimen en el cuerpo a partir de puntos de roce de diversas índoles y que a su vez son capaces de transmutar hacia otras posibilidades de ser. En el caso de mis ensayos, ofrecen un contrapunto reflexivo que emerge de las rutinas domésticas durante el periodo de confinamiento y que va adquiriendo sentidos conforme interactúan con la producción intelectual que dialoga con el arte contemporáneo, la filosofía, el cine, publicaciones literarias y la antropología. En ese sentido, la serie de ensayos es una suerte de auto- etnografía que se despliega en la repetición constante de las tareas del cuidado y esas otras fuentes de pensamiento. En está ponencia reflexiono sobre las formas en que mis ensayos escritos entran en ese diálogo de fricciones y tensiones con los dibujos de Magali Lara. También reflexiono sobre cómo la producción de conocimientos que emanan del cuerpo y que encuentran soportes distintos (textos escrito/texto imagen) son capaces de provocar nuevos lenguajes desde la etnografía.