Esta ponencia busca analizar desde la antropología del performance, como un grupo de menonitas que ha migrado desde el Estado de Chihuahua – México hasta el departamento de Meta – Colombia, reproduce las mismas prácticas de deforestación violenta hacia los recursos naturales en territorios que le corresponden a otros grupos humanos.
La larga migración de los menonitas, incluye regiones como Prusia, Ucrania, Canadá, Estados Unidos, y América Latina. En el estado de Chihuahua – México, han tenido conflictos, desde sus primeros asentamientos, en la década de 1920. Muchos de los migrantes provenientes de Canadá, actualmente presentan conflictos con varios municipios y gobierno del estado, por los métodos de explotación que usan para extraer los recursos naturales, y por los procesos de consolidación de autonomía religiosa (Pedroza-García, 2020).
De otro lado, estos menonitas han migrado a una vereda ubicada en el municipio de Puerto Gaitán (departamento del Meta). Desde el 2016 este grupo religioso protestante ha abierto caminos y más de 41 kilómetros de alumbrado público, alrededor de 29.000 hectáreas que han adquirido. Este lugar es reclamado como territorio ancestral por tres comunidades indígenas sikuani, quienes han realizado denuncias por daños ambientales (Mongabay, 2021).
Para el logro del objetivo propuesto, se cuentan con entrevistas semiestructuradas, revisión de fuentes secundarias y trabajo de campo en los dos lugares mencionados. Este caso de migración es peculiar, porque mientras muchas familias y comunidades latinoamericanas, al buscar el sueño americano se quedan en México, los menonitas, desean instalarse en regiones de América Latina, para aprovechar los recursos naturales. El performance se entiende aquí, como haceres, acciones y roles para producir y reproducir prácticas depredadoras, en momentos que aumentan las dificultades ambientales por los cambios climáticos.