En el marco de una creciente expansión de los procesos migratorios y del pensamiento feminista, la mirada heterogénea de vivir las maternidades ha cambiado, una de las formas de vivir la maternidad ha sido la maternidad a distancia, que tiene que ver con aquella separación física entre madres e hijos o hijas.
Esta separación no supone la ruptura de los vínculos afectivos, sino una búsqueda continua de estrategias y reconfiguraciones para lograr la comunicación y mantenimiento del vinculo afectivo. Una de estas es la comunicación lograda a través de dispositivos electrónicos y aplicaciones tecnológicas, sin embargo, los sentimientos y emociones generados ante la ausencia son en su mayoría negativos, pues se experimenta en mayor medida la tristeza, la preocupación y la incertidumbre en las mujeres.
Esta forma de vivir la maternidad se encuentra en mujeres indígenas de un grupo cultural de San Francisco Tetlahnocan, municipio tlaxcalteca que tiene altos índices de migración hacia Estados Unidos.
El objetivo del presente trabajo es analizar las trayectorias de maternidad a distancia, a través de la propuesta de Glen Elder (1974) y de las premisas del feminismo comunitario porque ayuda a visibilizar las luchas que estas mujeres han tenido en defensa de su lengua náhuatl, a través de los cantos, danzas y representaciones teatrales. De igual manera se analizará desde la resistencia cultural la lucha contra lo que se ha establecido como forma de vida hegemónica, y, quiénes defienden sus conocimientos ancestrales y saberes tradicionales.
La metologia utilizada fue de corte cualitativo, utilizando los procedimientos de la etnografía feminista propuesta por Castañeda (2008), y la herramienta metodológica de la foto voz propuesta por Gubrium y Harper (2016).
Se aplicaron ocho entrevistas semiestructuradas para conocer las trayectorias de maternidad a distancia y la utilización de dos fotografías significativas para las mujeres, una de sus hijos e hijas que se encuentran lejos y otra de ellas en alguna presentación que hayan tenido, posteriormente se utilizó una guía de preguntas para generar la narrativa de las fotografías, dichas cuestiones basadas en las cinco categorías analíticas del feminismo comunitario propuesto por Paredes (2008).