El propósito de este trabajo radica en explorar otras formas audiovisuales del ejercicio de la memoria desde el cine documental. En este caso, nos interesa particularmente algunos elementos estéticos de carácter visual y sonoro que configuran una narrativa testimonial sobre fenómenos sociales, como la violencia de género, con un montaje poético, sin restarle realismo a las historias narradas desde el ejercicio de la memoria. Para ello, se recuperan dos cortometrajes documentales: Amor, nuestra prisión (2019) y Llueve (2021), ambos de la documentalista y antropóloga Carolina Corral, los cuales recuperan las voces, desde diferentes lugares (físicos y sociales) de mujeres que han sido violentadas de diversas formas. Al recuperar estos dos ejemplos, se propone que el ejercicio de la memoria es crucial para dar cuenta de estas violencias, de formas singulares y poéticamente interesantes al utilizar recursos sonoros y visuales poco convencionales, que se alejan del cine documental testimonial tradicional, como la entrevista (cabezas parlantes) y recuperan o construyen fuentes documentales distintas para detonar el ejercicio de la memoria. Aunado a lo anterior, se recupera la mirada singular del quehacer cinematográfico en vínculo con el quehacer antropológico, lo cual pudiera ser un indicio y punto de encuentro que haga de ambos cortos un trabajo rico en el lenguaje cinematográfico al mismo tiempo que relevante en términos socioculturales.