Las personas indígenas enfrentan de manera cotidiana diversas situaciones de discriminación que tienen su origen no sólo en condiciones estructurales de exclusión en diversos ámbitos sociales, sino también en prejuicios asociados al origen étnico. Las características físicas, la forma de hablar y de vestir, así como las particularidades culturales de las comunidades indígenas son asociadas con el atraso, la ignorancia y la servidumbre. Estas situaciones estigmatizantes se agravan cuando están presentes otros factores de exclusión como la pobreza, la discapacidad o la condición de género.
A partir del reconocimiento de que las representaciones sociales son manifestaciones de los esquemas de interpretación de la realidad y los imaginarios (Girola, 2020), en este capítulo se reflexiona sobre la perpetuación de estereotipos y estigmas que se reproducen a través de las imágenes y frases que se hacen en tono de “broma” sobre mujeres indígenas. De manera particular, se realiza un análisis sobre las imágenes y frases de burla que circularon en redes sociales sobre el origen étnico de la actriz Yalitza Aparicio y la candidata independiente a la presidencia María de Jesús Patricio, y que perpetúan prejuicios sobre las mujeres indígenas que las vinculan con el trabajo doméstico, la ignorancia y el desagrado, al tiempo que descalifican sus capacidades y logros.
Este análisis concluye que las redes sociales aparecen entonces como espacios donde circulan representaciones que pueden identificarse como prácticas discriminatorias que contribuyen simbólicamente a la continuación de un orden social que desprecia y subordina a las personas por su origen étnico. Asimismo, plantea el reto de promover espacios de comunicación inclusivos y libres de prejuicios e imágenes denigrantes como una vía para combatir la discriminación hacia personas indígenas.