A más de siete décadas de la publicación pionera de Gonzalo Aguirre Beltrán, el campo de los estudios afrodescendientes en México, en buena medida, ha virado sus intereses investigativos del registro etnográfico y la documentación histórica hacia la reflexión y el análisis crítico de las problemáticas estructurales vividas por esta población, como el racismo –entre otras más–, cuya denuncia, reconocimiento y desmantelamiento está también hoy en día en las agendas de colectivas y organizaciones afros alrededor del mundo.
En contextos como el mexicano, en el que el mestizaje y el racismo anti-negro devinieron en políticas de Estado para la conformación nacional y “lo mestizo” se configuró como una posición no marcada ni enunciada, se vuelve imperativo comprender en qué medida lo anterior hace parte –o no– de las reflexiones y los intereses de investigación de estudiantes en formación antropológica, especialmente de quienes no se reconocen ni se adscriben como afrodescendientes pero que han elegido ese campo de estudio, con o sin consciencia del lugar de enunciación que ocupan.
Así, el objetivo de esta ponencia es argumentar sobre la importancia del conocimiento situado –definido por autoras como Haraway, Anzaldúa y Sandoval– como parte de la teoría-práctica antropológica en el campo de estudios afrodescendientes en contextos de mestizaje, así como su centralidad en la configuración de antropologías contrarracistas que no solo analicen al racismo, sino que adquieran un compromiso epistémico, afectivo y político con el desmantelamiento de esta lógica opresiva, compromiso que se refleje tanto en el trabajo de investigación como en la vida cotidiana.