A través de un relato Autoetnográfico, la ponencia analiza y reflexiona en torno a los mecanismos y prácticas de sistematicidad de la violencia que se ejerce contra las mujeres en los espacios académicos, específicamente en centros de investigación y formación del posgrado en disciplinas de las Ciencias Sociales y Humanidades. El relato autoetnográfico se construye a partir de los planteamientos de Rita Segato y Maurice Godelier, para
configurar una mirada crítica respecto a la conformación de un orden político patriarcal que se instaura como base y fundamento de la carrera académica y de la investigación científica social. La ponencia se direcciona, básicamente, en dos sentidos: 1) Entender a las instituciones de educación superior (IES) y de formación de posgrado, como ámbitos altamente jerarquizados y patriarcales, en tanto que se construyen y fundamentan en prácticas de dominación y relaciones de poder excluyentes, las cuales sustentan formas de ser y hacer al
interior de estos espacios, y de asumir-naturalizar las dinámicas violentas en la generación de conocimiento, la investigación y producción científica. Esto configura espacios donde se ejerce de manera sistemática la violencia contra las mujeres, la captura de sus cuerpos, de sus conocimientos y saberes, conducentes a instaurar un “orden científico masculino”. El expolio de lo femenino en la formación académica se consolida como mecanismo fundamental para la construcción y entronización de los varones, quienes se doblegan al
mandato de masculinidad en la búsqueda de pertenencia y jerarquía al interior de la corporación o cofradía de “grandes” hombres científicos académicos. 2) A partir de lo anterior, se expone un relato autoetnográfico de experiencias cuando cursé el programa de Maestría en Desarrollo Regional en el Colegio de la Frontera Norte, en la ciudad de Tijuana, Baja California, entre 1996 y 1998.