Durante las últimas décadas, hemos presenciado un aniquilamiento de la vida y otras formaciones materiales sin precedentes, gracias a fuerzas antrópicas situadas alrededor del globo, de cuyas violentas prácticas sobre la Tierra emergen paisajes fantasmagóricos y monstruosos (Tsing, Swanson, Gan y Bubandt, 2017). El “Antropoceno”, esa moderna pretensión humana-occidental señalada por la antropóloga Anna Tsing (2021), fabrica espacios donde la vida y los ensambles materiales ya no pueden vivir bien, reclamando de nosotras compromisos concretos con su sufrimiento y con una justicia multiespecie (Chao, Bolender y Kirksey, 2022) que encare el privilegio de cierto “homo” para ejercer violencia sobre animales, montañas, bosques, vientos y ríos. Una política multiespecie permite imaginar y generar narrativas transformadoras amodernas, hacia un horizonte planetario alternativo a la violencia epistémica, el racismo ambiental y el especismo que signa a ciertos cuerpos como menos-que, ya sean animales o no, para legitimar el poder sobre sus cuerpos y sus territorios.
Quizá sean los afectos y no ya la razón (Giraldo y Todo, 2020) una alternativa potente para generar políticas más-que-humanas y ser responsables con otras formas de vida, para construir un futuro ambiental-planetario donde quepan muchos mundos, humanos y alter-humanos. Este simposio tiene el objetivo de imaginar lugares-otros (Haraway, 2019) multiespecie que atiendan a la relacionalidad constitutiva de la vida y poner el conocimiento a su servicio y no en pro de su privatización biofísica, social o técnica que la re-contextualiza como proveedora de mercancías para la producción de carbono, incendios, y muerte, lo que nos conduce a un mundo de ausencias, como sostiene el activista Ailton Krenak. En este simposio se reúnen propuestas de investigaciones en curso para, desde la antropología, pensar nuestro horizonte planetario e imaginar un lugar-otro más esperanzador e inclusivo con la comunidad multiespecie de la que somos parte.