Desde hace tres décadas, la inseguridad ha ganado importancia como problema social, en un
contexto neoliberal en el que el crimen y la violencia están aumentando en términos cualitativos y cuantitativos, y en el que los temores y las incertidumbres son más difusos e inmanejables que antes. Enfocándose en los espacios urbanos, este panel considera la violencia y el crimen como elementos centrales de un contexto que hace inevitable repensar una antropología de la (in)seguridad urbana. Esta perspectiva, sin perder de vista la violencia y la delincuencia, se centra en las representaciones y prácticas desarrolladas por agentes individuales y colectivos para vivir en tales circunstancias. ¿Cómo esas representaciones y prácticas han impactado los espacios urbanos? ¿Qué tensiones y contradicciones conllevan a nivel institucional, sociocultural y territorial? ¿Esto nos lleva a la construcción de nuevos sujetos culturales?
Sostenemos que lo que está en el trasfondo de la construcción de regímenes de seguridad es la
producción de nuevos sentidos comunes, nuevos temores, nuevas poblaciones peligrosas, una
reconfiguración de las alteridades y, en última instancia, un nuevo proyecto sociocultural que es
trastocado y trastoca las instituciones, culturas y territorios urbanos.
Hacemos un llamado a proponer trabajos sobre diferentes realidades urbanas latinoamericanas, en especial a estudios etnográficos que, debido a su capacidad para revelar la experiencia de los sujetos y considerar las interacciones globales/locales, pueden desestabilizar las visiones dominantes que tanto los agentes sociales, como los científicos sociales, han elaborado sobre el problema.