El VII Congreso Mexicano de Antropología Social y Etnología se presenta como una oportunidad para explorar y discutir un tema de vital importancia en la actualidad: la relación entre la salud mental colectiva y los efectos de la violencia, el capitalismo, el individualismo y otros factores socioeconómicos y culturales. Nuestra propuesta temática busca abordar la salud mental desde una perspectiva amplia, que, desde otros horizontes y enfoques interdisciplinarios explore epistemologías alternativas que permitan una comprensión más completa de la salud mental en contextos de violencia para identificar estrategias y prácticas que promuevan la salud mental y el bienestar en medio de estos desafíos.
Se discutirán estudios de caso y enfoques teóricos que permitan comprender las dinámicas de la violencia en la salud mental colectiva a dos años de la pandemia de Covid-19 y de cara a las modificaciones de la Ley General de Salud Mental que aparece en pleno proceso de desmantelamiento de la por sí debilitada infraestructura de atención a la salud.
En contraste con una salud mental biologicista que se centra en la enfermedad, el tratamiento farmacológico y las respuestas individuales, la perspectiva de salud mental colectiva pone un énfasis especial en la consideración de las subjetividades y el contexto social. Esta perspectiva invita a considerar el concepto de sufrimiento como una experiencia humana, no necesariamente vinculada a patologías, sino a los efectos de la violencia social y las relaciones de opresión, poder y desigualdad (Gómez, Jaramillo, Giraldo, Suárez, 2021).
En contextos de violencia y en el ámbito de la salud mental, las prácticas antropológicas desempeñan un papel fundamental al proporcionar herramientas para comprender las complejas interacciones entre factores socioculturales y la salud mental de las comunidades, grupos e instituciones.
La antropología permite un acercamiento holístico y contextual, explorando no solo los efectos de la violencia en la salud mental, sino también las estrategias de afrontamiento y las dinámicas comunitarias. Por lo tanto, hablar sobre “salud mental colectiva” conlleva el reconocimiento de la capacidad de las personas para entenderse como sujetos históricos y sociales, suscitando reflexiones sobre ese lugar social.
Consciente de esta complejidad, la salud mental colectiva moviliza prácticas que incorporan una variedad de conocimientos y saberes, incluyendo aquellos que surgen de las personas y colectivos, basados en sus recursos, habilidades y dinámicas particulares.
Al reunir a expertos de diversas disciplinas, esperamos generar un diálogo enriquecedor sobre la importancia de partir de los criterios de salud mental de quienes experimentan el padecimientos para poner en el centro aquéllos factores que constituyen modos de vida angustiantes (Burin, 1987; Santillanes, 2022), así como la comprensión de un concepto de salud mental que vaya más allá de dimensión biológica, profundizando en aspectos sociales, culturales y económicos que rodean a las personas (Menéndez, 2010).