El simposio se propone en la lógica del diálogo entre epistemología y experiencia empírica, en el abordaje a la violencia como objeto de estudio. La propuesta se enmarca en uno de los ejes rectores que la teoría social y antropológica mantienen como discusión, la relación entre la teoría-conceptos y la realidad empírica. En este sentido el simposio aborda dos trabajos de orden epistémico, el primero recurre al diálogo entre lo biológico y lo social, para centrarse en una perspectiva etoprimatológica; el segundo se apega a una óptica socioantropológica, donde la hermenéutica protagoniza el acercamiento a la realidad; ambas ideas son propuestas como posibilidades de abordaje analítico al fenómeno de la violencia. Por otro lado, la mesa se complementa con un trabajo, en concreto de tipo empírico, es un estudio en el orden de la violencia estructural, de parte del Estado, donde la necropolítica se hace presente, a través de la lógica de cercado, en la ciudad de Apizaco, Tlaxcala. Con todo ello, el simposio presenta un diálogo entre lo epistémico-teórico y una realidad empírica, que viene a enriquecer la referida discusión en las ciencias sociales, desde la teoría social y antropológica. Por otro lado, la discusión es altamente vigente ante la necesidad de construir objetos de estudio, problemas de investigación, marcos teóricos, ajustes metodológicos, considerando el contexto situacional que México y el mundo enfrentan ante la presencia de la violencia, en sus múltiples formas y caras, individuales y sociales.